Hoy es el Día Europeo de la Salud Prostática. En él, fundamentalmente, se busca convencer a los hombres de la enorme ventaja que supone hacerse una revisión urológica anual.
A partir de los 50 años (o de los 40 años si hay antecedentes de cáncer de próstata en familiares cercanos) las autoridades sanitarias y los profesionales de la salud afirman que es necesario hacerse una revisión urológica completa para poder detectar cualquier anomalía a tiempo. “Las mujeres, que son mucho más inteligentes que los varones, llevan haciéndose revisiones periódicas desde hace muchos años, yendo al ginecólogo regularmente, pero a los varones les resulta bastante
difícil dar este paso. ¿Por qué?”, se pregunta el Dr. Enrique Pérez-Castro, con el que hoy conversamos.
¿Cuáles son las principales enfermedades que afectan a la próstata actualmente?
Por frecuencia, la enfermedad más común es el adenoma prostático benigno. Este afecta a hombres a partir de los 45-50 años y se extiende hasta la ancianidad, es decir, hasta cualquier edad.
“Por orden de frecuencia, la enfermedad más común es el adenoma prostático benigno, después el cáncer de próstata y, en tercer lugar, la prostatitis”
Después les sigue el cáncer de próstata, que es la segunda patología más frecuente. El gran problema de este tumor es que es totalmente silente y cuesta mucho detectarlo ya que no presenta síntomas evidentes. Se puede producir a partir de los 40 años, pero cada vez afecta a pacientes más jóvenes.
“En el cáncer de próstata no hay ningún síntoma, y este es el grave problema de este tumor. Así que solamente las revisiones periódicas pueden detectarlo a tiempo”
Y la tercera patología prostática más habitual es una prostatitis, es decir, una inflamación benigna (pero muy molesta) que afecta fundamentalmente a varones jóvenes, sobre la década de los 30 años de edad.
¿Y qué pronóstico hay para cada una de ellas? Si se trata de un tumor prostático benigno con muchos síntomas o ya con catéter vesical por imposibilidad de orinar, lo más probable es que le planteemos un láser prostático. Gracias a esta técnica, en horas estará en casa sin sonda y con una micción confortable. Por otro lado, y gracias a los enormes avances en diagnóstico, podemos detectar y tratar con cirugía no invasiva y de manera muy temprana el cáncer de próstata y, en algunos casos, complementarlo con radioterapia externa en acelerador lineal, obteniendo excelentes resultados.
¿Hay alguna manera de prevenir estas enfermedades? Por desgracia, la prevención como tal no existe. Sin embargo, las revisiones anuales pueden ayudarnos a detectarlo a tiempo, ya que lo que intentan es prevenir las complicaciones importantes de cualquiera de estas patologías. Por ejemplo, en el adenoma prostático buscamos poder tratar al paciente antes de que deje de poder orinar de forma espontánea y haya que ponerle un catéter; y en el cáncer de próstata, detectarlo antes de que el tumor se extienda y produzca metástasis. Estas dos cosas se evitan con las revisiones anuales en las que podemos detectar si hay algo que no está funcionando como debería y actuar en consecuencia, ya sea con más pruebas o con tratamiento. Simplemente con esto, se puede salvar la vida si se tiene un cáncer de próstata.
¿A qué síntomas debemos estar atentos? En el adenoma prostático benigno, el primer síntoma es levantarse por la noche a orinar. Posteriormente, ir perdiendo fuerza en el chorro miccional (el clásico orinarse en los zapatos). Estos síntomas deben llevarnos a visitar al urólogo. En el cáncer de próstata no hay ningún síntoma, y este, como he comentado, es el grave problema de este tumor. Así que solamente las revisiones periódicas pueden detectarlo a tiempo. Acabamos con un A.B.C. del cuidado de nuestra próstata.
¿Cómo podemos ayudar a que se mantenga sana? Los dos únicos sistemas que conozco son rezando y visitando al Urólogo anualmente.